El miedo: una emoción paralizante, ¿Por qué solemos tener miedo al propio miedo?

El miedo: una emoción paralizante, ¿Por qué solemos tener miedo al propio miedo?

Hay emociones que gozan de mala fama, a pesar de que son necesarias para nuestra supervivencia y para nuestro bienestar psicológico. El miedo, la ansiedad (un miedo más difuso, menos concreto) y la tristeza son tres de ellas, porque se asocian a problemas como las fobias, ansiedad  o depresión, respectivamente.

¿Qué es una emoción? No es facil definirla, digamos que son reacciones de nuestro cuerpo y nuestra mente, avisos que nos indican que algo que nos incumbe directamente está pasando. Las emociones vienen y van a lo largo de nuestro día a día. El problema en ocasiones es que se queden permanentemente y formen un estado de ánimo que te afecte en áreas importantes de tu vida (familia, trabajo, amistades…). Por ejemplo, si tienes un día triste no pasa nada, los estados de ánimo son fluctuantes, no estamos de buen humor todos los días, ni tampoco tristes…Sin embargo, si esa tristeza es como una nube negra que te acompaña a todas partes, que te impide disfrutar de lo que antes te gustaba, si te enlentece, si hace que te cueste tomar decisiones etc…es posible que estemos hablando de depresión.

Con el miedo pasa lo mismo, si un día te asustas porque el autobús en el que ibas ha derrapado y ha tenido un pequeño golpe, es normal. Pero si ese miedo se mantiene cada vez que a partir de ese episodio montes en autobús, haciendo que evites ese transporte público aunque lo necesites, pues ya la cosa parece más un problema de ansiedad que está afectando a tu vida. Siguiendo con el miedo, las personas podemos aprender a temer cualquier cosa, a pesar de que no plantee ningún peligro real. Como los niños y su miedo a la oscuridad, los adultos también podemos tener miedos sin ningún fundamento.

Cuando experimentamos miedo, es difícil sentir algo más o pensar en ota cosa durante un rato. Nuestra mente y atención se centran en la amenaza(que puede ser real o imaginada) y si parece que no podemos eliminarla, esas sensaciones se convertirán en terror. Es el objetivo de los trístemente célebres atentados terroristas, crear un miedo muy intenso y que la gente lo generalice a situaciones de su vida. El núcleo del miedo es la posibilidad del dolor, ya sea físico o psicológico.

A veces tenemos miedo al miedo, a lo que pasará si sentimos aquella sensación intensa que nos llevó a pasar un mal rato aquella vez estando con otra gente, conocida o no. No pasará realmente nada, pero si aprendes a evitar esas situaciones por ese miedo al miedo sí que verás que tu calidad de vida disminuye al no poder disfrutar de esas situaciones antes agradables para ti. Este miedo se mantiene por una serie de pensamientos erróneos exagerados y porque en esas situaciones tendemos a hiperventilar (meter sin quererlo demasiado aire en nuestros pulmones), siendo la sensaciones muy desagradables.

Por eso para luchar contra estos miedos es necesario desenmascarar esos pensamientos falsos y aprender a controlar nuestra respiración para bajar esa activación característica del miedo. No es complicado, puede lograrse con ayuda y algo de entrenamiento.

Psicox, tus psicólogos en Bilbao.

El miedo: una emoción paralizante, ¿Por qué solemos tener miedo al propio miedo?

Etiquetado en: