La infidelidad y consecuencias emocionales en la pareja(ansiedad, depresión,desconfianza…)¿es posible pasar página?
La infidelidad tiene efectos muy destructivos en la relación de pareja. Al que ha sido engañado puede producirle emociones de gran intensidad: ansiedad, ira, tristeza que puede desembocar en problemas de depresión, sentimientos de culpa etc… Cuando se da la infidelidad, uno de los pilares más importantes de una relación de pareja, como es la confianza, se rompe. No hay nada especificado al respecto, pero en nuestra cultura, si previamente la pareja no ha llegado a un acuerdo al respecto, se da por hecho de que la relación con tu pareja es exclusiva. Al tener relaciones con otra persona ajena al núcleo de la pareja, todo esto salta por los aires. No hay una definición concreta de la infidelidad, pero puede ser algo así: la ruptura de ese compromiso exclusivo de la pareja para sustituirlo por el inicio de una relación sexual, romántica o emocional con otra persona ajena a esa pareja.
Como hemos comentado, la confianza queda muy afectada cuando existe una infidelidad y restaurar dicha confianza no resulta nada sencillo. Cuando la persona traicionada descubre la infidelidad, no deja de pensar en lo ocurrido. Dicha rumia cognitiva suele ser muy intensa y puede afectar a su concentración. Comienza a estar hipervigilante con las conductas del otro, a rumiar sobre el pasado y preguntarse «¿Si me ha engañado esta vez, habrá habido más?» El proyecto de vida que tenía queda en el aire, con el sentimiento de vulnerabilidad y confusión que eso conlleva. Por lo tanto, el sufrimiento emocional es muy significativo: rabia, ansiedad, depresión, vergüenza, culpa..
¿Todo esto quiere decir que todas las parejas en las que se da una infidelidad se separan? No, aunque es la primera causa de divorcio. El infiel ha de reconocer el profundo daño infligido al otro con su conducta. Para lograr una reconciliación duradera tiene que darse el perdón. Esto no quiere decir olvidar y no tener sentimientos de rabia o deseos de venganza, sino ser capaz de vivirlos sin hacer daño al otro, centrándose en las conductas y no en la persona. También tiene que hacer cierta autocrítica al preguntarse si ha tenido comportamientos que han podido permitir o favorecer la infidelidad.
Ha de considerar también la inversión realizada en la pareja: le ha dedicado tiempo, esfuerzo, implicación…todo eso se pierde si la pareja se rompe. Los hijos y las consecuencias psicológicas que pueda tener en ellos una posible ruptura(problemas escolares, ansiedad, depresión…) son una razón fundamental para intentar continuar con la relación; pero todo depende de los dos miembros de la pareja, en gran medida de la persona engañada y en su forma de digerir emocionalmente una conducta tan dañina por parte de la persona en la que más confiaba.
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