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Uno de los errores que muchas personas incluidas algunas de las que nos visitan cometen es el de pensar que la asertividad y la empatía son la misma cosa. ¿Tú también lo creías? ¡Pues nada más lejos de la realidad! ¡Son dos términos completamente distintos! Empecemos por el principio.

La empatía es la capacidad de ponerse en el lugar de otra persona, de conocer (o al menos intuir) los sentimientos de los otros ante nuestro comportamiento y también ante los sucesos que ocurren a su alrededor. Las personas con un alto nivel de empatía suelen ser por razones obvias bondadosas, sensibles y más intuitivas que la media. Pero no todo es positivo, ya que también pueden ser más introvertidas y propensas a sufrir episodios depresivos y ansiosos. Así que, como en muchas otras cosas, “en el medio está la virtud”.

Por otro lado, la depresión y la ansiedad también pueden aparecer en individuos con escasa capacidad asertiva. Esta “habilidad” consiste en ser capaz de hacer valer nuestros derechos de una manera que se encuentra en el punto medio entre la agresividad y la pasividad. Pongamos un ejemplo, imagina que has quedado con un amigo para comer y llega una hora tarde. ¿Qué podrías hacer en esa situación? Una opción sería hacer como que no ha pasado nada, mostrar tu mejor sonrisa y pedir el primer plato. En ese caso estarías optando por una respuesta pasiva donde no muestras tu desaprobación ante lo ocurrido. En vez de eso, podrían enfadarte con tu amigo, gritarle ante el resto de comensales del restaurante, insultarle y luego marcharte airadamente. Esa sería una reacción agresiva.

Situada en el centro de estas dos respuestas, encontraríamos la asertividad: educadamente diríamos a nuestro amigo que nos ha molestado mucho su actitud y que procure no llegar tarde la próxima vez.

Como verás, la empatía y la asertividad son dos cosas muy distintas… seguiremos informando.

Psicox, tus psicólogos en Bilbao.

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