¿Es mi jefe un psicópata? Una pregunta que muchos trabajadores se hacen a lo largo de su vida.
El trabajo debería ser vía de autorrealización, donde uno aumentara su autoestima, comprobando que su esfuerzo diario se ve recompensado tanto a nivel económico como social. Sin embargo, el trabajo se convierte muchas veces en lo contrario: fuente de frustraciones, ansiedad, depresión y estrés. Y la figura y comportamiento del jefe tiene mucho que ver en ocasiones, hasta hacer que te preguntes si ese hombre o mujer es en realidad un psicópata.
Psicópata, sociópata, antisocial son distintas denominaciones para referirse a alguien impulsivo, irritable, agresivo, irresponsable, que no tiene en cuenta los derechos básicos de los demás, que carece de remordimientos. Olvidémonos de la figura que el cine nos ha ofrecido, el psicópata no tiene necesariamente que ser un asesino en serie. Digamos que esa personalidad antisocial puede canalizarla de una forma más sutil, sin agresiones físicas directas, siendo jefe de una empresa.
A los psicópatas les gusta manipular a la gente en su propio beneficio. Demandas excesivas, cambios poco comprensibles en la forma de trabajar o abuso de horas lectivas pueden ser algunos hábitos que empleen con sus subordinados, sin importarles lo más mínimo los problemas emocionales que pudieran causarles a estos. Las mentiras reiteradas son también características propias de estos sujetos, así abundan en el equipo los malentendidos, dimes y diretes, conflictos por algo que alguien dijo…¿adivináis quién?
También debe ponerte sobre aviso cuando le ves realizar inversiones imprudentes, correr riesgos innecesarios, jugar de forma arbitraria con el futuro de la empresa y por tanto de los trabajadores. El cerébro del psicópata tiene la zona que activa el miedo estructurada de forma diferente, de manera que lo que a los demás nos atemorizaría a ellos no le hace inmutarse. Esta característica unida a su afán manipulador pueden tener efectos impredecibles.
Y por último está el narcisismo: les mueve el interés propio de forma exclusiva, ya que carecen de empatía (capacidad de ponerse en el lugar del otro). Pueden fingir interés por los otros, pero no hay que engañarse, no es real. Les mueve únicamente la ambición, por lo que este interés estará motivado por alguna intención oculta, ya que no ven a sus empleados como personas, sino como instrumentos a su servicio.
Les gusta mandar, por lo tanto en aquellas organizaciones jerárquicas donde ostenten su poder sobre otros estarán a gusto. Los subordinados no tanto, pues como jefes tienden tratar fatal a los que están debajo de ellos.
Falta de empatía, imprudencia, tendencias manipuladoras y narcisistas…¿Te resulta familiar todo esto? En caso afirmativo es posible que te hayas planteado más de una vez cambiar de trabajo.
Psicox, tus psicólogos en Bilbao.
