Estrés por la multitarea: ¿está nuestro cerebro diseñado para que realicemos varias tareas simultáneas?
Hablamos en entradas anteriores de este blog acerca de los costes a nivel de bienestar psicológico que tiene el uso inadecuado de las nuevas tecnologías, que pueden llevar en ocasiones a la ansiedad y a la depresión.En esta ocasión trataremos acerca de un fenómeno conocido como multitarea.
El teléfono y los dispositivos móviles ya no sirven únicamente para hacer y recibir llamadas. A ello se le han sumado acciones como revisar correos electrónicos, contestar mensajes recibidos, compartir imágenes fotos, dar a la opción «me gusta» de nuestros amigos de la red social etc… Y además lo podemos hacer desde cualquier lugar.
La pregunta es: ¿está el cerebro humano diseñado para realizar de forma eficiente tanta tarea simultánea? Parece ser que no, nos podemos centrar en una única tarea, mantener nuestra atención focalizada en ella y realizarla de forma satisfactoria, pero cuando son varias la cosa se complica. Digamos que todas las ventanas que tenemos abiertas en nuestros dispositivos móviles exigen energía al cerebro, por cada una que añadamos a la que estemos realizando, le estamos exigiendo un esfuerzo extra.
Imagina la situación: estás navegando con tu ordenador y tienes abiertas más de diez o veinte ventanas del navegador; por supuesto, el teléfono móvil está cerca y cada pitido o vibración te hace ponerte en guardia (alguien quiere decirnos algo), a la vez estamos atentos a notificaciones varias de las redes sociales y correos electrónicos que nos van llegando…¿A que ya solo pensando sientes una sensación reconocible de estrés? Es que estás forzando a tu cerebro a trabajar bajo una gran presión.
La novedad continua engancha, y ello es lo que nos ofrecen en abundancia las nuevas tecnologías. Cada mail nuevo que aparece en nuestra pantalla, cada notificación de un amigo, cada noticia que nos interesa, hace que nuestro cerebro libere gran cantidad de una sustancia que se llama dopamina. Ello nos hace sentir bien, y claro, crea adicción y a la vez ansiedad, porque además de dopamina se liberan otra serie de hormonas y sustancias como la adrenalina, que nos activa y prepara para la acción. Con ella aparece también la conocida como «hormona del estrés»: el cortisol. La función del cortisol es liberar más glucosa, una especie de combustible de nuestro organismo, lo que aumenta el ritmo cardíaco y respiratorio, que resulta muy útil en situación de peligro real, pero no en este caso.
Si esta situación se mantiene algunas horas, la glucosa se agota y nos sentimos agotados física y mentalmente. Mantener altos niveles de cortisol durante un tiempo prolongado provoca numerosos efectos nocivos en nuestra salud: entre otras complicaciones, afecta a nuestro sistema inmune, eleva nuestra presión arterial y reduce el hipocampo, una parte del cerebro crucial en la función de la memoria.
Esto, unido a que hoy en día existen leyes no escritas que nos obligan a estar conectados siempre y contestar inmediatamente los mensajes que nos mandan, pues el lío ya está montado. El cerebro no puede ignorar estas señales, pero son tantas que no podemos dedicar el tiempo y atención suficiente a cada una. Por lo tanto, no la hacemos bien y además nos agotamos y al no conseguirlo nos frustramos, sentimos ansiedad y podemos experimentar cierta depresión.
Por lo tanto, unos consejos útiles:
-Pon los dispositivos en modo silencio mientras esté realizando una tarea.
-Planifica las tareas: trabajo, ocio…¿cuáles urgen en este momento?
-Prioriza y céntrate solo en una.
-Evita la obligación de contestar de forma inmediata, muchas veces es una tarea autoimpuesta.
-Desconecta entre las tareas: levántate, anda, bebe agua, habla con la gente, tienes vida fuera del alcance de esas máquinas.
Psicox, tus psicólogos en Bilbao.