La navidad, tiempo de felicidad, pero también de ansiedad y depresión

La navidad, tiempo de felicidad, pero también de ansiedad y depresión

El período navideño está considerado tiempo de paz, de encuentros con la familia, de dar y recibir regalos. «¡Felicidades!»-nos decimos unos a otros. Pero lo cierto es que las vacaciones de navidad son también un terreno abonado para que florezcan sentimientos de ansiedad y depresión. De hecho, el consumo de ansiolíticos se dispara por estas fechas.

La verdad es que la navidad nos cansa, nos agota. Sus efectos se manifiestan durante esos días festivos o una vez terminadas. Solamente son dos semanas y cuatro días realmente festivos, pero que nos dejan una intensa resaca emocional. ¿Por qué?

Nuestro ritmo cotidiano se altera de forma drástica: todo son visitas, comidas copiosas, compra de regalos, alteramos nuestro ciclo de sueño-vigilia, nos levantamos más tarde. Tenemos las cenas y comidas,que pueden ser motivo de discusión entre miembros de la pareja: quién va a casa de quién, qué días, quién cocina (normalmente a una persona le suele tocar la ingrata tarea de cocinar para muchos, previa compra de un montón de alimentos «especiales» y realmente caros por estas fechas). Los que ejercen de anfitriones tienen cierta presión para que todo salga perfecto y contentar a todos. Ambas cosas son imposibles de lograr. De ahí la ansiedad,el estrés, la angustia.

Por otra parte, la familia también es fuente de conflictos y en muchas ocasiones está el primo o la cuñada a quien no soportamos pero con los que tenemos que compartir mesa, cruzando los dedos para que al menos no nos toque cerca. En esa misma mesa podemos echar de menos a algún ser querido que ya no está, añorar su voz, su risa…de ahí que son fechas proclives a que sentimientos de depresión intensos resurjan. No solo los anfitriones se ven sometidos a esta presión y estrés navideño, sino que también las visitas. Es garantía de cansancio el tener que viajar, salir de tu rutina habitual, luego volver…

Sumado a esto está el tema de los regalos, que ha perdido todo sentido al ser obligatorio. Nos cuesta saber qué comprar incluso a personas cercanas porque, a fin de cuentas, igual no los conocemos tan bien.

Aparte de lo arriba mencionado, tanto la disminución de horas de sueño, como el exceso de ingesta de calorías, dulces y alcohol nos harán la vuelta a nuestra rutina habitual más trabajosa. Si es posible, reserva al menos un día para después de las vacaciones, para que no te cueste tanto retomar tu vida. Para alivio de mucha gente, las navidades ya pasaron, queda otro largo año hasta las siguientes. ¡A disfrutarlo!     

                                                 Psicox, tus psicólogos en Bilbao.

 

 

La navidad, tiempo de felicidad, pero también de ansiedad y depresión

Etiquetado en: