Los peligros de la desconfianza generalizada. Posibles errores de pensamiento que llevan sacar conclusiones precipitadas:

Los peligros de la desconfianza generalizada. Posibles errores de pensamiento que llevan sacar conclusiones precipitadas:

desconfianza

La confianza es un elemento imprescindible en toda sociedad. Existe la confianza en uno mismo, otra en los demás y otra en aquellas instancias superiores que rigen nuestro destino.

La autoconfianza nos ofrece bienestar psicológico, confiar en los demás nos ofrece un equilibrio relacional y la confianza en las instituciones nos da una sensación de seguridad.

Algunas veces interpretamos que un gesto, un comentario etc…ha sido dirigido hacia nosotros con intención no precisamente buena. Puede que a veces sea verdad, pero en otras no. El problema es que generalizemos esta forma de interpretar comportamientos ajenos y pensemos que todos nos quieren de alguna manera aprovecharse de nosotros, engañarnos o que buscan nuestra ruina personal.

Como dijo el psicólogo Aaron Beck, no son los hechos en sí los que nos afectan, sino la percepción que tenemos de esos hechos. Si todo lo que hacen los demás nos ofende de forma intensa, dudaremos siempre de su lealtad y de la veracidad de sus palabras; por tanto, buscaremos pruebas o segundas intenciones que confirmen nuestras sospechas, que pueden ser erróneas de partida. De ahí que una ansiedad intensa pueda hacer acto de presencia, junto con un sentimiento fuerte de ira o tristeza que desemboca en depresión. Intimar y confiar en alguien nos resultará entonces tarea imposible, porque en los hechos más insignificantes veremos nítidamente significados ocultos amenazantes. Errores tomados como intención de aprovecharse (en un bar el camarero se confunde y te da mal los cambios, y piensas que lo ha hecho adrede), halagos tomados como burla («¿Qué habrá querido decir?»), bromas tomadas como insultos…

El resultado: albergar rencores durante mucho tiempo, mostrarse incapaces de pasar página, estar siempre hipervigilante ante supuestas malas intenciones de los demás, sentirse atacado continuamente…Todo esto conlleva el peligro de perder el control, ya que la ira tiene ese peligro potencial de pasar a la agresión verbal o física.

Por ello es aconsejable que tengas en cuenta que a veces cometemos ciertos errores de pensamiento que nos llevan a sacar conclusiones precipitadas, por ejemplo de amenaza, incrementando así la desconfianza.

-Uno es el error de adivino: consiste en pensar que sabes lo que los otros están pensando o sintiendo, sin tener evidencias de ello. Ej. «Ese piensa que soy tonto».

-Otro es la personalización, que consiste en atribuirte sucesos externos sin prueba alguna para llegar a esa conclusión, Ej. «No me ha saludado, me tiene manía». Puede que anduviera despistado, que estuviera pensando en otras cosas, que llegara tarde al trabajo…

-Por último, es muy peligrosa la etiquetación: ej. «Es un impresentable».

Ten todo ello en cuenta a la hora de sacar conclusiones, para no llegar a desconfiar de la gente simplemente por percibir a los demás como amenazantes cuando no lo son en realidad.

 

Psicox, tus psicólogos en Bilbao.

 

 

Los peligros de la desconfianza generalizada. Posibles errores de pensamiento que llevan sacar conclusiones precipitadas:

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