Medicación… pero metafórica.

Medicación… pero metafórica.

Contra el malestar emocional.

Un nuevo principio activo.

Antes de nada, permitidnos aclarar que no estamos en contra de la medicación para tratar trastornos psicológicos. En ocasiones, es muy recomendable y otras veces del todo necesaria. Pero lo que proponemos aquí es otra cosa, una medicación metafórica que no necesita receta y ni siquiera tendrás que bajar a la farmacia para conseguirla. Además, puedes combinarlas con otras, más reales, sin problemas (en caso de ser necesario). Y lo más importante: no tiene ningún efecto secundario.

El único problema es que conseguirla requiere un pequeño esfuerzo, porque tendrás que crearla tú mismo. Para lo que necesitarás hacer un esfuerzo de introspección y pensar un poco en ti con el objetivo de conseguir el principio activo que le haga funcionar.

Para empezar, te contamos cuáles con los ingredientes/materiales. Compra un bote pequeño, trasparente y totalmente neutro. Es decir, que no tenga una ninguna marca comercial ni nada por el estilo… por aquello de evitar la publicidad. Necesitarás también unos cuantos folios y un bolígrafo. (pausa, pausa, pausa, pausa)  ¡Ya lo tienes! ¡Perfecto! Pues en las próximas líneas te presentamos el modo de elaboración, la formula magistral. Consta tan solo cinco pequeños pasos.

  • Siéntate en una silla e intenta recordar algunos momentos donde te encontrabas emocionalmente mal. Quizá una ocasión donde sentiste estrés, los nervios te llevaron a sentir ansiedad o estabas triste por algo que te pasó (por cierto, a veces es normal estar triste, no siempre hay que catalogarlo como depresión). También puede ser una situación en la que perdiste los nervios o actuaste de una forma en la que no te gustaste nada en absoluto y tu autoestima quedó por los suelos. En fin, todas esas cosas que tienen que ver con nuestras emociones.
  • A continuación, de todos esos momentos en los que estás pensando, selecciona solo los que crees que manejaste de una manera óptima porque, por ejemplo, conseguiste vencer el desánimo que te invadía, tranquilizarte y dominar la ansiedad o gestionar bien la carga de trabajo que tenías frente a ti. Quédate solo con esos, olvídate de los otros.
  • Todavía tienes que seguir pensando un poco más, pero queda ya muy poco. Intenta recordar ahora las estrategias que utilizaste para llevar bien esos momentos. Tal vez saliste a dar un paseo, llamaste a un amigo, hiciste unos ejercicios de relajación, te pusiste a hacer deporte, a leer, cocinar, etc. Recolecta todas las estrategias que te fueron útiles.
  • Recorta el folio en diferentes secciones cuadradas y escribe en cada una de ellas una de las estrategias en las que has pensado. Haz una bolita de papel con cada parte, mételas en el frasco y ciérralo.
  • Deja descansar el compuesto durante tres horas a temperatura ambiente y ya está. Ahí tienes tu medicina.

Seguro que te lo estás imaginando, pero déjanos que te contemos algo sobre el modo de empleo. Cuando te sientas mal, abre el bote, coge uno de los papelitos, desdóblalo, lee lo que pone y llévalo a cabo. ¡Y no te olvides de volver a dejar la bolita donde estaba! ¡Que puede servirte para otra vez! Además, si se te van ocurriendo otras maneras efectivas de gestionar los malos momentos, puedes seguir añadiendo “píldoras” al frasco y así ir consiguiendo perfeccionar el compuesto.

Y no lo vayas contando por ahí… Pfizer y Moderna están intentando descubrir la fórmula.

Por cierto, recuerda que esto que te contamos no sustituye de ninguna manera a la medicación “biológica”. Esa, como hemos comentado al principio, es muy útil en muchas ocasiones. Cuando el problema psicológico es profundo, lo conveniente es combinar el tratamiento psiquiátrico (medicación) con el psicológico (terapia). ¡Esperamos que el artículo te haya parecido interesante!

 

Psicox, tus psicólogos en Bilbao.

Medicación… pero metafórica.

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