¡No olvides tu ocio!
Una problemática común en la población adulta es la falta de ocio. El ritmo de la vida diaria hace que olvidemos dedicar momentos a nosotros mismos y la idea “es que no tengo tiempo” aparece como principal escusa. Pero lo cierto es que no suele ser verdad. Si piensas detenidamente, te darás cuenta de que casi cada día puedes sacar algo de tiempo para ti. Puede ser después de trabajar, por las noches, antes de comer… seguro que tienes alguna oportunidad.
Entonces, si el tiempo no es un problema, ¿por qué no lo hacemos? La respuesta es mucho más evidente de la que puede parecer: hemos perdido la costumbre. Imagina, por ejemplo, que vas al gimnasio diariamente pero que decides dejarlo durante el verano. Así que pasas julio, agosto y septiembre sin aparecer por allí. ¿Qué crees que ocurrirá en octubre cuando vuelvas a la rutina habitual? Te costará mucho esfuerzo empezar. El primer día acabarás increíblemente cansado, lo mismo el segundo y el tercero. Finalizará la primera semana y estarás destrozado. Tanto que te plantearás no seguir la siguiente. Pero, tras reunir la motivación necesaria, el lunes volverás al gimnasio. Tampoco será muy bueno. Sin embargo, tras la tercera semana empezarás a sentirte mejor y el calvario desaparecerá poco a poco: Te has vuelto a acostumbrar.
Algo parecido pasa con los momentos de ocio. Las conductas se “desactivan” si no se llevan a cabo. Puede que te guste mucho leer, pero si dejas de hacerlo durante el tiempo suficiente, empezará a costarte hacerlo. Por esa razón es importante ver las actividades de ocio como algo obligatorio, debemos preservarlas.
Las personas que padecen depresión o trastornos de ansiedad generalizada, por ejemplo, carecen completamente de estos momentos. Se han olvidado de ellos. Pero también es un déficit muy importante en la mayoría de la gente.
No hay remedios mágicos para solucionarlo, solo fuerza de voluntad. Si te gusta leer, pero llevas dos años sin coger un libro, oblígate a empezar (y a acabar) uno. Marca tres momentos a la semana —día y hora— para realizar esa actividad. Al principio te costará pero no lo dejes, tómalo como una obligación. Y lo mismo si te gusta tocar la guitarra, ir al cine o pasear por el monte. Vuelve a activar esas conductas. Tu salud mental te lo agradecerá.
Psicox, tus psicólogos en Bilbao.